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domingo, 26 de junio de 2011

La re-elección de Cristina

"Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio" J.M. Serrat

Lo dijimos anteriormente en nuestras editoriales "Que alguien le avise a Cristina I, II y III" el proyecto de la impunidad crece y se desarrolla inexorablemente.

Por un lado la instauración de una democracia monárquica, que desde lo alto del palacio señala con su dedo justo e inflexible quien sirve y quien muere dentro del patético sistema político, sindical e institucional.

Por otro lado los seguidores, una "corte de los milagros" de harapientos morales, débiles , intrascendentes, pero con una alta cuota de complicidad, de corrupción y mentira que sostiene la "monarquía"; resignando así cualquier atisbo de dignidad basada en la representatividad genuina, en convicciones históricas o en el simple postulado de construcciones democráticas profundas.

No, pero ellos buscan impunidad, no importa a que precio, buscan ser un engranaje de esta picadora de carne que es el sistema de poder "oficialista": estar y permanecer. No importa como, esta claro, no hacen falta explicaciones.

Sistema político

Vastos sectores de la "gente" que son casualmente cómplices hoy, y mañana son víctimas, se tapan los oídos con las dos manos y profundizan una de las causas fundamentales de nuestros males históricos que como un sello de origen nos acompaña siempre la "doble moral" haciéndose cómplices de la "monarquía" para sostenerla, pero también de los impunes, para criticarlos.

Cristina y Tinelli, dos caras de una misma moral

Es imposible en el mundillo de la televisión triunfar, ser conocido, SER, sin pasar por Tinelli (lejos de ser una descalificación, esto es sólo una descripción que intenta ser objetiva).

Tinelli tiene un circo y es su dueño. El que acepta este sistema deberá renunciar a su dignidad, a sus opiniones, a su propia escencia y someterse así a los designios que Tinelli le proponga. Él podrá besar a la esposa de alguien, ridiculizar al esposo de otra, tocar, acariciar, bastardear en función del rating televisivo. El negocio y los beneficios que se generan son mutuos: el público, la gente y la opinión pública que en cómplicidad con la propuesta apoya este esquema delirante manteniéndolo en su televisor. En todo caso cuando se harta cambia de canal, y vuelve a encontrarse con fragmentos de programas anteriores de Tinelli, ejerciendo de esta manera un formato de poder que lo mantiene en la cúspide del mundo artístico y televisivo.

Cristina en el salón blanco, en el quincho de Olivos o en cualquier otro espacio, monta la misma propuesta ética y estética. Todos deben reír, todos deben aplaudir, todos deben someterse al sistema que vacío de genialidades sólo puede obedecer, someterse y acatar.

En ambos casos las enseñanzas son autoras de la realidad, que es verdad en tanto y en cuanto la "gente" acepte y propulse el sistema hasta el límite mismo de los intereses individuales, dejando de lado y posponiendo el eje fundamental del SER como sociedad, que es la profundización del sistema democrático.

La crisis lo abarca todo, la partidocracia, el "modelo", el sindicalismo, el empresariado, la iglesia, el fútbol.

Sólo los trabajadores pueden revertir esta decadencia marcada y un estado de cosas irreproducibles, que el relato virtual sostiene a rajatabla, sin miramientos ni consecuencias.

El SITRAIC y los trabajadores

En este estado de situación, una verdadera y genuina democracia sindical es el parámetro desde donde nace el núcleo mismo de una transformación verdadera. Los trabajadores y un programa que sintetice sus reclamos y realidades.

La lucha permanente y consecuente contra quienes han sometido a los trabajadores como rehenes de sus corporaciones, estableciéndose como intermediarios, sin ninguna representatividad genuina; con una ley de asociaciones profesionales que se fue construyendo como un traje a medida de su propio esquema de poder.

La democracia sindical y la libertad sindical es el factor principal para que se liberen las energías necesarias que evitarán hechos lamentables y violentos.

Es necesario recordar que entre octubre de 2010 y enero de 2011 hubo diez muertos en la Argentina, que cargan en la conciencia de la "monarquía". También es justo recordar que sólo la UOCRA firmó con Cristina el Pacto Social, en medio de todas estas muertes y como parte fundamental del sistema ético y estético que la "monarquía" defiende a ultranza. No olvidamos la foto de Cristina con la "vergüenza sindical".

El sistema no tiene un problema electoral, eso esta resuelto como siempre, la "gente" no elige nada. El problema es político y los trabajadores irán rompiendo lentamente la telaraña lanzada sobre ellos para impedir la construcción de un poder genuino y representativo que sólo los generadores de riqueza pueden impulsar.

La UOCRA y los Derechos Humanos

Debemos reconocer como un dato cierto de la realidad, que es imposible ocultar hechos que son impostergables a la memoria colectiva de los trabajadores: los dirigentes sindicales de la dictadura.

¿Quienes colaboraron con el genocidio, la represión, la tortura y la desaparición?

¿Pueden agentes y oficiales de inteligencia de la dictadura que han trabajado orgánicamente en la desaparición de trabajadores entre 1976 y 1983, ser dirigentes sindicales hoy?

¿Pueden hablar en nombre de los trabajadores quienes hicieron desaparecer activistas políticos y sindicales, aggiornarse, blanquearse, hablar y sostener la política oficialista, cuando todavía no se ha esclarecido el enorme genocidio obrero producido por ellos?

Desde el SITRAIC creemos que es hora de que la verdad salga a la luz, que quienes cometieron o fueron parte cómplice de crímenes de Lesa Humanidad, deben ser juzgados e ir presos a cárceles comunes.

El Gobierno de Cristina va a terminar reprimiendo a los trabajadores. Pues lo sucedido con los docentes de Santa Cruz nos muestra la linea política que se empieza a insinuar. Sus obsecuentes seguidores del sindicalismo saben que tarde o temprano los va a necesitar, los ha usado hasta ahora, como represores, como patota, como espacio político, aunque los desprecia. Sabe quienes son, pero los necesita como diciplinadores sociales de los trabajadores y fundamentalmente porque saben que ellos necesitan impunidad, y están dispuestos a todo por obtenerla. La patronal corporativa también lo sabe, y conoce profundamente sus debilidades.

El SITRAIC exige y lucha por una verdadera democracia sindical; por el pluralismo ideológico en los sindicatos, que no son propiedad de un partido, fracción, sector o Gobierno. Deben ser los trabajadores los que deben decidir cuales son los programas y las reivindicaciones que guíen sus estructuras.

El camino se está recorriendo, ni un paso atrás ni una duda. Sólo una convicción

"SÓLO LOS TRABAJADORES SALVARÁN A LOS TRABAJADORES"

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