El movimiento obrero ¿son los aparatos sindicales o son los trabajadores y sus delegados elegidos democráticamente? Sin lugar a discusión resulta evidente que los aparatos han puesto todos sus recursos económicos y políticos, creados originalmente para enfrentar a la patronal, contra los trabajadores. La violencia que ellos ejercían muchas veces hacía afuera, ahora se ejerce hacía adentro.
Al principio el aparato es la "patota" formada por marginales, delicuentes, y hasta barrabravas de fútbol. A medida que los pactos y los negocios se afianzan, el aparato lo es todo: es el poder político; es la CGT; es la Cámara de la Construcción; son los jefes de policía y sus comisarios; es el Ministro de Trabajo, son los jueces y los fiscales cómplices; y si es posible el Gobierno.
Su estrategia no tiene que ver con como dirigir la organización de los trabajadores, ni sus luchas, ni sus programas. Su estrategia es como mantener el monopolio y el control de los trabajadores, para negociar subsidios, impunidad y riqueza.
La democracia sindical es el pilar fundamental desde donde los trabajadores generan el poder necesario para lograr, en un pie de libertad y de igualdad, la parte que les corresponde de la riqueza que generan, y las condiciones que tienen que ver más que con la dignidad, con la condición humana.
Ante la crisis de la partidocracia y el Gobierno; ante un mundo que se niega a ser explotado y pobre, incluído o excluído, pero si justo, los trabajadores no olvidamos el dolor de nuestros muertos; ni la vida, educación y desarrollo de nuestros hijos.
Los trabajadores luchamos y construimos herramientas para nuestros objetivos.
SITRAIC
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