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miércoles, 22 de diciembre de 2010

No al Pacto Social

Fuente: Comunas

Por Laura V. Benítez

El Pacto Social que propugna el Gobierno nacional entre el Estado, empresarios y sindicalistas es casi un hecho. Recientemente lo demostró la firma de un acuerdo de “paz social” en la industria de la construcción

El Pacto Social que propugna el Gobierno nacional entre el Estado, empresarios y sindicalistas es casi un hecho. Recientemente lo demostró la firma de un acuerdo de “paz social” en la industria de la construcción. La presidente convocó a los gremios a no cortar calles y rutas, e instó a los empresarios a aumentar la competitividad con inversión: "Lo bueno es que todas las actividades de la producción se comprometen a mejorar la competitividad de sus productos con inversión y con tecnología y, al mismo tiempo, con el objetivo de sustitución de importaciones", expresó la jefa del Estado ante buena parte de la cúpula empresarial del país. El acuerdo de Paz Social, firmado el lunes, incluye la creación de una mesa de diálogo que deberá "resolver las cuestiones controversiales" entre empresarios y trabajadores de la construcción. Esto es: evitar medidas de fuerza ante la discusión salarial que se comenzará a debatir a partir de los primeros días del año frente a las paritarias nacionales. El convenio fue firmado por el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez; el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Carlos Wagner, y por el Gobierno, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y el de Trabajo, Carlos Tomada.

Frente a ésta posibilidad, Víctor Grosi, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción –SITRAIC- se muestra renuente e incrédulo respecto de la concreción de los objetivos que la firma persigue, ya que según su perspectiva “siempre salió mal. Es como la Ley de Murphy. Solo pretende precarizar, aun mas, la situación que viven hoy los trabajadores en su conjunto”.



Con miras al 2011 se habla desde el Gobierno de la relevancia de la firma del Pacto Social con el fin de hacer frente a la escalada inflacionaria que presiona los salarios ¿Cuál es su postura al respecto?

El Pacto Social es una fórmula que tiene reiteradas versiones y que siempre salió mal, porque significa el no control de la inflación y que sean los trabajadores los que resignen los aumentos salariales para frenar de esa manera el consumo y tratar de controlar la inflación. Hay dos sectores que pagan la inflación duramente: Los excluidos y los trabajadores registrados y no registrados. Entonces, este sistema sindical, afín al Estado, a las empresas, al Gobierno, a las Cámaras, va a firmar un pacto social que los trabajadores no van a poder sostener porque ellos van a luchar, como se viene demostrando en todo el país, con lo cual, el pacto social nace muerto. Que los distintos sectores firmen el Pacto Social va a significar no pedir aumentos salariales que superen un número y que al Gobierno le permita disminuir la escala inflacionaria. Es imposible, siempre salió mal y va a salir mal de nuevo. Es la Ley de Murphy.


¿Podría considerarlo una herramienta para frenar la conflictividad social como sostiene la Presidente?

No. Porque no es otra cosa que la imposibilidad del Gobierno de tener un plan de desarrollo para el país; de impulsar la energía, que la macroeconomía generó, en una época de bonanza e ingresos a través de la cosecha de la soja y cereales y que hoy obliga, enmascarado en el Pacto Social, a utilizar a las estructuras sindicales para domesticar a los trabajadores y que acepten las reglas de juego. Siempre son los trabajadores los que tienen que pagar los errores políticos y económicos del Gobierno. También, marca la imposibilidad que se ha tenido frente a los sectores formadores de precios y frente a los que están haciendo la depredación de los recursos naturales como son las petroleras y fundamentalmente las mineras, que no pagan ningún tipo de impuestos. Esta es la realidad, donde están los recursos, pero van por los recursos de los trabajadores. Cuando la Presidente habla del Pacto Social, tiene un gran desconocimiento de cuál es la realidad social y sindical de la Argentina. En solo pocos días, asesinaron a Mariano Ferreyra y fallece Néstor Kirchner. No es casualidad que tras estos hechos, la presidente empezó a hablar del Pacto social, que implica volver a poner de espalda a los trabajadores y querer regular el tema inflacionario con el salario. La situación así planteada parece congelada: Se evita que los trabajadores avancen en sus mejoras salariales y superen el deterioro que la inflación produce. En esta situación, llamar al Pacto Social es querer poner debajo de la alfombra la realidad: que no ha habido políticas ni previsión en esta situación y la inflación cobra sus víctimas en los excluidos y en los trabajadores.


Recientemente la UOCRA firmó el Pacto de paz social…

Hay un sistema sindical que permite que esto siga pasando y que siempre firmó el Pacto Social. Lo hicieron porque no son la expresión genuina de lo que siente o le pasa al asalariado porque si ellos tuvieran que vivir con 2.400 pesos, no firmarían ningún pacto social. Lo que nosotros decimos desde el SITRAIC, es que el pacto social es un atentado directo a la clase trabajadora y que en esta maniobra está involucrada la CGT y los grandes gremios que van a firmar lo que el Gobierno les diga porque su situación, debida a los medicamentos truchos, a la falsificación de troqueles, a las patotas sindicales y a su situación económica en expansión, a costa de los trabajadores, los obliga a tener que corresponder con el favor de firmar ese pacto. Nosotros decimos no al Pacto Social y humildemente, desde nuestro lugar vamos a luchar por una recomposición salarial, para que los trabajadores de la Construcción tengan un salario mínimo de 4 mil pesos, que creemos debe ser el básico con el que debe empezar a trabajar un trabajador de la Construcción. Con nuestra lucha o sin ella, el Pacto social nace muerto porque en un país donde el 60 por ciento de los trabajadores ganan menos de 2.500 pesos es imposible que el Pacto Social prospere. Los déficits que se generan por los subsidios deben ser cubiertos por el petróleo, la minería, los commodities y todas las actividades que están dañando los recursos naturales del país y que no pagan impuestos. Si todos estos sectores pagaran lo que tendrían que pagar, hoy no habría déficits como los que el Gobierno tiene. Por otro lado, tomó cuerpo el stablishment económico, a partir de la muerte de Néstor Kirchner y la presidente o no tomó nota de esto o se va a apoyar en ellos para gobernar. Una de las dos cosas pasa o pasará. Las dos son lamentables para los trabajadores porque el viento a favor de la economía no logró disminuir la pobreza ni mejorar los salarios sin que explote la inflación.



¿Cuál sería la alternativa al Pacto Social?

Controlar la inflación. Pero para hacerlo, tiene que crecer la oferta y para que esto suceda, tiene que haber energía, créditos, entre otros gestos, que ni el sector empresario está interesado en llevar adelante, ni el gobierno ha generado. En este marco, vuelven a apelar al deterioro salarial. El Pacto Social podría llevarse a cabo si los trabajadores no sufrieran todos los días el aumento de los artículos de primera necesidad. También podría suceder que lo decidan los trabajadores, si están o no de acuerdo con su firma y que lo expresen.


En todo este contexto, suena el slogan “la hora de los trabajadores” ¿Cómo lo analiza?

La hora de los trabajadores, parte de un concepto equivocado. Cuando la CGT habla del poder político de los trabajadores, habla del poder político del aparato porque ellos creen que el Sindicato es la expresión de poder de los trabajadores. Contrariamente, nosotros creemos que el sindicato es una herramienta de los trabajadores, no un aparato capaz de generar ganancias o de ir por el poder político. La función del sindicato es, fundamentalmente, la defensa irrestricta de los derechos de los trabajadores. En el caso de Moyano, que tuvo y tiene el paraguas y la protección política y económica del Gobierno, se ve involucrado en la adulteración de los medicamentos oncológicos, en la falsificación de troqueles. Los medicamentos adulterados perjudicaron a los propios trabajadores. Entonces, dónde está el sindicato que defiende los intereses de los trabajadores. Es un sistema perverso y meramente discursivo. El poder de los trabajadores surge desde las bases y desde la democracia sindical, de la verdadera democracia sindical, que los trabajadores puedan elegir el sindicato que los represente. Por todo esto: no, al Pacto Social; sí, a la democracia; sí, a la libertad y sí, a las paritarias.


1 comentario:

  1. Por fin una voz sensata desde la vereda de los trabajadores. Todo cuanto dice SITRAIC, en abierta oposición a los "gordos" de la UOCRA es irrebatible. ¿Uds. conocen algún dirigente de la CGT que sea pobre?. Yo no,

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