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miércoles, 19 de agosto de 2009

Sindicalismo y parasindicalismo


Por Víctor Grosi
Secretario General de
SITRAIC





El parasindicalismo en Argentina es un hecho incontrarrestable de la realidad. Gerardo Martínez secretario general de la Unión Obrera de la Construcción de la Republica. Argentina (UOCRA) es un caso emblemático. Y a las pruebas me remito.

¿De que se trata el parasindicalismo?

Es el ejercicio de una práctica sindical que, emanada desde la cúpula sindical, no reconoce la participación de los trabajadores negando la democracia sindical, y que les permite a través de la presentación de recurrentes listas únicas en cada proceso electoral, permanecer en la superestructura a cualquier precio. Para garantizar sus fines inconfesables pero evidentes, se recurre a la utilización de las mismas metodologías que nos retrotraen a épocas de vigencia de la Triple A y hasta con la actuación de algunos de sus mismos actores aún a las sombras de la impunidad.

¿Cuál es el precio?

En el referido caso de Gerardo Martínez:
1-Estar al frente de una masa de una descendente masa trabajadores, cuya base salarial se inscribe entre los índices más bajos de los convenios vigentes del sector de la producción. (Un oficial cuya especialización requiere un mínimo de cinco años en la actividad, percibe unos 1.600 pesos, frente a unos 4.500 que puede estar ganando un trabajador camionero.

2 Tolerancia indisimulada al trabajo no registrado -en negro- y a indocumentados.

3-Insensibilidad ante las condiciones de trabajo deplorables y riesgo físico.

4-Inmovilidad frente a más de 80.000 despidos reconocidos por las cámaras del sector y no por la dirigencia.

5 Falsas argumentaciones sobre los beneficios jubilatorios. (Un obrero de la construcción se jubila con 300 meses trabajados y 25 años de servicios, en una actividad irregular como la que atraviesan los trabajadores de la construcción cuya continuidad tiene baches determinados por la duración de la obra y la próxima en que pueda incorporarse, las inclemencias del tiempo y el permanente estado físico en riesgo, en esos 25 años puede írsele la vida sin llegar a jubilarse).

El precio es claro: lo pagan los trabajadores con salarios de hambre y riesgo de muerte.

¿Cuál es la metodología?

Mediante la implementación de una planificación extremadamente compleja direccionada en dos planos: Una en el plano externo, sustentada en la perversidad –enumerada más arriba-, la complicidad con las patronales generando una maraña corruptiva que las incluye, y que suma a funcionarios judiciales y policiales a fin de garantizar la impunidad, y contratando mano de obra “desocupada” especializada y marginal, pagada con dinero provinente del trabajo clandestino y en condiciones de esclavitud, sin hacerse cargo de los hechos ilícitos perpetrados por las bandas contratadas que se desplazan en vehículos robados, portando armas malhabidas, en estado de embriaguez o disparados por el consumo de drogas.

De ahí la frase que mejor lo pinta a Martínez “Mantenemos un acuerdo estratégico con el empresariado del sector”. Un acuerdo a espaldas de los trabajadores y contrario a sus intereses.

Y otra ejecutada en el plano interno, no permitiendo la democracia sindical ni la participación de las minorías.

La descripta no es una versión parcializada de la historia de los trabajadores de la construcción, es la historia presente de los trabajadores de la construcción.

Cantidad de denuncias sobre hechos de violencia gestados desde bandas parasindicales vinculadas al gremio y que forman parte de causas judiciales caratuladas como coacción agravada, muertes por accidentes de trabajo (que pudieron evitarse), y asesinatos, a lo que debe agregarse la suma de sujetos imputados por ésos asesinatos y una sucesión de persecuciones vandálicas e intervenciones forzadas. Así las sufridas por los trabajadores de la UOCRA del Cerro Dragón en Comodoro Rivadavia, en Atucha II en Zarate, en las seccionales de Mendoza, Neuquén, La Matanza, Quilmes, Almagro, San Vicente y Lomas de Zamora, donde tarde o temprano el accionar de la justicia podrá comprobar la existencia de un mismo modus operandi que dejará al descubierto quien es el jefe de las bandas parasindicales que actúan en la UOCRA, refugiándose en el sindicalismo donde encontró un espacio para sus inescrupulosos fines.

El sindicalismo

El auténtico rol del sindicalismo se afianza en la democracia y el pluralismo, y en dos acciones indisolubles: una que nace del sentimiento de solidaridad de clase y otra de reacción organizada frente a las injusticias, donde el primordial acuerdo es colectivo y entre los trabajadores, sumada la dirigencia puesta al servicio de la defensa irrestricta de las fuentes de trabajo en condiciones dignas y del salario justo frente a las patronales, y enlazado a un férreo compromiso por el destino de grandeza y desarrollo de la Patria que nos cobija.