Aún después de la confirmación oficial de que Gerardo Martínez fue Agente Civil de la dictadura revistando en el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, continúan las operaciones con la complicidad de sectores del Gobierno para construir una coartada que lo salve de lo inevitable.
Primero intentaron poner en duda que fuera la misma persona, después a través de una solicitada Martínez negó haber integrado el 601. Esta claro que mentía deliberadamente y que intentan vivir en una realidad paralela donde piensan que lo ayudan con sólo negar el oscuro y sangriento pasado que tiene y por el que debe dar muchas respuestas ante la justicia.
Trataron de minimizar su actuación en el aparato represivo y de inteligencia diciendo que tal vez era sólo un empleado administrativo. Es ridiculo e infantil tal excusa cuando el dicho Batallón no era un simple organismo de la burocracia estatal, por el contrario era el corazón del sistema represivo de la dictadura.
Allí confluían los informes de los infiltrados en universidades, partidos políticos, gremios, para después marcar los "objetivos". Esos "objetivos" eran los compañeros que luego levantaban los grupos de tareas para torturarlos y/o asesinarlos.
Además el informe que tiene la justicia indica que Martínez era Agente Secreto del Batallón 601.
Se dijo también que era muy joven, que tenia 21 0 22 años, pues es realmente ingenuo pensar que eso puede ser un atenuante cuando genocidas como Astiz tienen la misma edad que Martínez.
"Operativo Blanqueo"
La coartada para ayudar al ex PCI incluyó fotos con la Presidenta en Cannes; con el progresista "trucho" Mariotto; nuevamente con la Presidenta y con los actuales jefes de Martínez: la Cámara Argentina de la Construcción. Ayudar al ex buchón de la dictadura significa bajos salarios para que las corporaciones puedan seguir haciendose multimillonarias a costa de los trabajadores precarizados de la construcción.
Por la memoria de los compañeros desaparecidos
Ahora intentan operar sobre la causa judicial manifestando que el ingreso de Gerardo Martínez al 601 es posterior, que fueron solo dos años al final de la dictadura y que la mayoría de las desapariciones ya se habian producido.
Esto es lo mas preocupante, porque las causas judiciales por crimenes de lesa humanidad deben tratarse con seriedad y responsabilidad. La desinformación o las operaciones de prensa no deben influir sobre las investigaciones.
Por ello queremos recalcar algunos datos que echan por tierra la coartada cómplice: el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército fue declarado en un fallo del juez Lijo como una Asociación Ilícita, lo que indica que todos sus integrantes, en mayor o menor medida deben responder ante la justicia por los delitos allí cometidos.
Tratando de tapar el sol con la mano
Es sabido que muchos agentes de inteligencia fueron "blanqueados" administrativamente sobre le final de la dictadura, pero revistaban con anterioridad. En la nota "Del Batallón 601 nadie es inocente" están plasmados numerosos testimonios e investigaciones que echan luz sobre el funcionamiento y la acción del Batallón 601, y los roles de sus integrantes.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que Gerardo Martínez hace su ingreso a la UOCRA durante los inicios de la dictadura, y mientras el gremio estaba intervenido por los militares, por lo es evidente que su entrada al sindicato al igual que al 601, no fue a través de los clasificados de un diario, sino a través de alguna "recomendación".
La justicia deberá investigar la versión del represor y genocida, Héctor Vérgez, que aseguró en una nota periodística que un homicidio cometido por Gerardo Martínez, fue le inicio de la actuación de Martínez en el 601.
Es un contundente dato de la realidad y algunos están aportados en la causa, la gran cantidad de integrantes del 601 que aún en democracia siguieron contratados por UOCRA. Martínez deberá responder que red de complicidades lo permitió.
Es tan ridículo pensar que una estructura como el 601 que tuvo como jefes a genocidas como Suaréz Mason tuviera infiltrados como Martínez en un gremio simplemente para sellar formularios.
Seguirá nuestra lucha hasta que llegue la justicia y que Martínez responda ¿cuales eran sus informes al 601? ¿como ingresó a un sindicato en plena intervención militar, cuando miles de trabajadores eran perseguidos? ¿que beneficios obtuvo con su doble rol de sindicalista-buchón de la dictadura? ¿porqué no se presentó llegada la democracia ante la CONADEP para arrepentirse de sus acciones y colaborar así con la justicia, o para denunciar las acciones de sus colegas del 601?.
Hay al menos 105 trabajadores de la construcción, y sus familias, que aguardan por justicia. Gerardo Martínez deberá responder ante la justicia y la sociedad todos los interrogantes planteados. Esperamos que los sectores del Gobierno que lo apañan, como un importante funcionario del Gobierno Nacional que es empleado de Martínez, no interfieran en la investigación judicial y no permitan que haya un doble estándar para juzgar los crímenes de lesa-humanidad.
Caiga quien caiga, JUICIO Y CASTIGO a todos los genocidas, asesinos, represores y sus cómplices civiles.
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