Si bien la foto nos ahorra muchos comentarios, es importante destacar que mientras en la Argentina las patotas de Gerardo Martínez golpean a trabajadores, delegados y a todo aquel que piensa distinto, el Gobierno nacional responde avalando a un dirigente sindical que ha instaurado la violencia y el miedo para defender negocios millonarios.
Gerardo Martínez ha iniciado un "operativo blanqueo" y el Gobierno nacional esta siendo cómplice de esta operación.
Martínez llega a límites cercanos al cinismo cuando dice representar a los trabajadores argentinos en el mundo, cuando a los que él debería defender, osea los trabajadores de la construcción, son los peor pagos del país. Sumado a esto, como consecuencia de la estructura mafiosa que cambia la vida de los trabajadores por coímas, mueren casi 300 personas por año en accidentes evitables.
Aún peor es que la presidenta Cristina Kirchner borre con el codo lo que escribe con la mano, pues este gobierno dice ser defensor a ultranza de los derechos humanos y de la bandera de la memoria, la verdad y la justicia, cuando al mismo tiempo se saca una foto con Gerardo Martínez, denunciado como integrante del Batallón 601 de Inteligencia del Ejercito durante la última dictadura, e investigado por su posible participación en la desaparición de al menos ciento cinco obreros de la construcción. La Presidenta con este doble standard para juzgar los crimenes de lesa humanidad no hace otra cosa que ser lamentablemente funcional a la derecha más reaccionaria, casualmente de donde proviene Martínez.
Tal vez en Cannes las cosas se vean con otra perspectiva, pero aqui en Argentina somos muchos los que no vamos a permitir que la impunidad con todos los cómplices civiles de los genocidas continúe, por el contrario a fuerza de movilización y lucha la justicia caera sobre todos ellos como ocurrio con los asesinos de la ESMA.
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