Es la patética respuesta que Martínez puede dar frente a la multitudinaria movilización que el SITRAIC junto a cientos de organizaciones políticas, sociales y de Derechos Humanos del campo popular protagonizaron la semana pasada para exigir la libertad del compañero Carlos Olivera. En ese mismo acto, como hace años, se denunció la complicidad de las patotas de la UOCRA con la nefasta Policía Bonaerense que tiene como resultado a Olivera injustamente detenido. También se pidió CÁRCEL YA a Gerardo Martínez por haber integrado el sangriento Batallón 601.
Es un juego perverso, pero más viejo que el mundo, el intentar que las víctimas sean los victimarios. También lo hicieron en la dictadura armando causas judiciales para justificar la represión y la muerte.
Es triste saber que las patotas enviadas por Martínez obligaban de manera compulsiva, y en acuerdo con las patronales, a los trabajadores a subir a un micro sin saber a donde iban. Es una subestimación a la inteligencia que pretendan colocarse como víctimas y es una falta de respeto absoluta que pretendan utilizar el nombre de Mariano Ferreyra para defender a delincuentes. Sobre todo cuando este compañero fue asesinado por una patota como las que contrata Martínez, más grave aún cuando alguno de sus matones como Cristian Favale fueron parte del aparato para- sindical de la UOCRA, como oportunamente denunciamos.
Las patotas de Gerardo Martínez no son enemigas del SITRAIC, son enemigas de los trabajadores, y de toda la sociedad que no quiere que le impongan nada a través de la violencia, por eso ayer la respuesta a esta operación burda y "berreta" fueron las casi 20 mil personas que en Plaza de Mayo cantaron "para Martínez la cárcel ya, para Olivera la libertad".
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