¿Hasta cuando la impunidad de UOCRA Viedma?

Cobarde ataque al compañero Sergio Neira

La ola de violencia, amenazas, acciones de intimidacion y amedrentamiento de parte de los dirigentes de la UOCRA de Viedma contra los trabajadores que realizan un pacifico acampe para pedir puestos de trabajo, esta llegando a la casa de los compañeros y torna la situación cada vez mas grave.

Es hora de que las autoridades políticas y la justicia pongan fin a las persecuciones que sufren los compañeros que legitimamente reclaman por sus derechos. Ya sabemos que los discípulos de Gerardo Martínez son enemigos de los reclamos obreros, pero deberían hacer un pequeño esfuerzo por disimularlo.

¿Porqué les molesta que los trabajadores se organicen? Que deberían hacer los compañeros que estan desocupados ¿quedarse en sus casas con los brazos cruzados?, todos los que pensamos distinto ¿tenemos que ser reprimidos y perseguidos? Ya no les basta con la sistematica aplicacion de la violencia, por eso accionan intimidando a los compañeros en sus hogares.

Los métodos impuestos son similares a los de la dictadura, la misma donde Gerardo Martinez era agente civil de inteligencia, además de aplicar un sistema represivo aplicaron la tortura psicologica para tratar de quebrar a los compañeros.

Pero estamos convencidos de que no lo van a lograr, a pesar de todo, porque la decisión de los trabajadores de todo el país es que no quieren que les impongan la violencia, quieren libertad sindical; elegir a sus propios delegados democráticamente, luchar por mejores salarios y no ser perseguidos por los dirigentes que tendrían que estar defendiéndolos y que por el contrario se están llenando los bolsillos a costa de ellos.

Seguimos el tema con mucha preocupación y por eso exigimos al Gobierno provincial que tome las medidas que garanticen la seguridad de los compañeros que están llevando adelante la protesta, y que además los escuche y solucione su reclamo, por ser legitimo, por ser justo y porque merece una respuesta urgente.

BASTA DE PERSECUCIÓN

LIBERTAD Y DEMOCRACIA SINDICAL