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jueves, 20 de octubre de 2011

El legado de Mariano





Hace tan solo un año una patota de la burocracia sindical asesinó al joven militante del Partido Obrero (PO), Mariano Ferreyra. Los culpables de tamaña injusticia son conocidos por todos: José Pedraza y sus secuaces. Pero no son los únicos, son también todos los que sostienen este sistema de sindicatos enemigos de los trabajadores; son todos los jefes de los monopolios sindicales antidemocráticos y autoritarios que integraron la triple A y fueron complices de los militares, y que continúan atornillados en sus sillones desde hace más de treinta años. Son los Pedraza, Zanola, Lescano, Cavalieri, Gerardo Martinez, etc. Todos ellos se robaron la vida de un estudiante y joven trabajador de veintitres años.

Son los mismos que se hicieron millonarios en los noventa a costa de entregar a los trabajadores para permitir el proceso privatizador que dejo a miles de argentinos en la calle. Los que fundieron mil veces la caja de las obras sociales, los que fueron menemistas, duhaldistas, kirchneristas. Los que gobiernan con los estatutos y la lista única, los que son socios de los empresarios para traicionar a los trabajadores, los que venden sus derechos y conquistas. Ellos lo mataron porque a Mariano lo mato un sistema que utiliza patotas de ex presidiarios, asesinos a sueldo, barrabravas. Los contratan para reprimir a los trabajadores, para "disciplinar" los reclamos "desmedidos", para golpear y amedrentar a los delegados, las comisiones internas o sindicatos opositores que actuan fuera de su control.

Los empresarios son sus socios o sus jefes, según el caso, y son los que muchas veces financian las acciones violentas.

Con el asesinato de Mariano nos quisieron matar a todos

Una acción coordinada y planificada con la pata que nunca falta; la complicidad policial. Esta vez la Federal, pero podemos dar testimonio de que la Bonaerense actúa igual o peor. Jefes distritales que negocian zonas liberadas o arman causas a inocentes lucrando con la vida o la libertad de las personas.

Nos quisieron matar a todos porque en Mariano vivia el espiritu de los 30 mil compañeros desaparecidos, porque era un joven comprometido con la realidad de los trabajadores, con ideales, con sueños, con la fuerza invencible de sentir que estas haciendo justicia, con esa vocación transformadora que solo tienen los jóvenes.

Por todo esto Mariano fue a apoyar la lucha de los tercerizados del Roca, un reclamo que no estaba en la superficie, por el contrario estaba tapado y silenciado, no era tomado por los grandes medios y no era conocido por la opinión pública en general.

A pesar del dolor que provoca recordar el crimen, debemos pensar que algo no les salio bien a los que lo planearon, algo no salio como querian. Al querer tapar el reclamo, lo hicieron mas visible; reprimieron para silenciar y algo cambio para siempre, habian llegado demasiado lejos, algo hizo que la reacción popular fuera instantánea y contundente. La multitudinaria movilizacion lo confirmó, ya no eran solo organizaciones y movimientos sociales, partidos politicos, nuevos sindicatos, trabajadores y estudiantes organizados o sectores del campo popular que normalmente participan de estas convocatorias. Como solo pasa en los hechos mas trascendentes de la historia salió la gente sola a la calle, se sumaron uno a uno, ciudadanos que sintieron el cimbronazo de la injusticia y salieron a defender la vida de Mariano, que es la nuestra, la de todos.

Pensaron que asesinando a Mariano nos mataban a todos pero lamentablemente para ellos Mariano Ferreyra vive en nosotros como viven los 30 mil compañeros desaparecidos. Alguien decia que llamar desaparecidos a aquellos compañeros con el correr de los años parecia una contradicción. Es que están mas presentes que nunca, han tratado de borrarlos, ocultarlos, olvidarlos y no pudieron. No pudieron y no van a poder porque viven en cada trabajador que es elegido delegado para defender a sus pares, en los pibes de los centros de estudiantes, en las Madres de la Plaza, en los jóvenes trabajadores que pelean contra la burocracia, en cada compañero que se rebela ante una injusticia. Por todo eso Mariano esta vivo y fundamentalmente porque dejo un legado.

El legado

El SITRAIC estaba presente en aquella movilización que culminó con la muerte de Mariano. Estuvo en el reclamo de juicio y castigo a los culpables y en cada acto de repudio al accionar de la burocracia sindical. Fuimos victimas de las patotas de la UOCRA en el Carrefour de Lomas de Zamora y seguimos adelante por el legado que tomamos de Mariano y que nos comprometemos a seguir defendiendo y honrando.

El legado de Mariano es luchar por la democracia y la libertad sindical, es construir sindicatos de base sin sectarismos y pluralistas. Es luchar contra el trabajo en negro, contra la precarización laboral, es luchar por mejores salarios y por condiciones dignas.

El legado de Mariano es que los nuevos sindicatos nos comprometamos no solo con la defensa de los derechos de los trabajadores, sino también con las luchas populares históricas como la de los organismos de DDHH y el juicio y castigo a todos los represores y sus complices civiles. Por eso hicimos un aporte histórico junto a otras organizaciones para empezar a terminar con la impunidad de los burocratas sindicales que trabajaron para la dictadura. Por esa razón somos denunciantes en la causa que investiga a Gerardo Martinez como agente civil de inteligencia del Batallón 601.

Es hora de que los cómplices civiles de la dictadura, entre ellos los sindicalistas, paguen por tantos compañeros apuntados y luego torturados y asesinados. Es hora de que paguen por la vida de los trabajadores levantados en fábricas, talleres, obras.

El legado de Mariano es también que los nuevos sindicatos luchen por erradicar la violencia de las patotas; es también exigir que no se criminalice la protesta social; es terminar con el gatillo fácil de la bonaerense; es luchar contra la impunidad de las mafias policiales que permite que el paco se lleve la vida de pibes inocentes.

Todo esto y mucho más es el legado que nos dejo Mariano Ferreyra. El SITRAIC lo ha tomado y lo va a seguir defendiendo.

No estamos solos, somos miles los que lo llevamos como bandera, los que vamos a estar en la calle, en cada obra, en cada plaza, en cada fábrica, en cada conflicto social o sindical.

Mariano nos dejo un legado que es un camino que emprendimos y que nos exige que la victoria sea nuestra.

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