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viernes, 4 de febrero de 2011

La Revolución Egipcia contra Mubarak, Estados Unidos e Israel

Fuente: Convergencia Socialista

Según indica el diario El País de España el presidente de Israel Simón Peres acaba de manifestar su apoyo explícito al presidente egipcio Hosni Mubarak, diciendo que "Siempre hemos tenido y tenemos gran respeto por el presidente Mubarak. No decimos que todo lo que haga sea correcto, pero hizo una cosa por la que le estamos agradecido: mantener la paz en Oriente Próximo", ha dicho Peres, insistiendo en que "un régimen fanático y religioso en Egipto no será mejor que la falta de democracia".
Coherentemente con estas declaraciones el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí remitió un cable a los embajadores de los Estados Unidos, Canadá, China, Rusia y varios países europeos pidiéndoles que hagan lo imposible para “preservar la estabilidad en Egipto… manteniendo en el poder a Mubarak, que ha garantizado el cumplimiento del acuerdo de paz firmado entre Egipto e Israel con los Acuerdos de Camp David en 1978”. (escrito en el diario sionista Haaretz del 30 de enero).
Este acuerdo reaccionario fue promovido por los EE.UU. -bajo la presidencia de James Carter- con el propósito de derrotar a las masas palestinas y árabes, fortaleciendo política y militarmente al enclave imperialista de la región, Israel, como así también a los gobiernos cipayos de Egipto y Arabia Saudita, bases de apoyo de cada una de las incursiones militares yankys en Medio Oriente.
Las declaraciones sionistas no cayeron en el vacío ya que los líderes imperialistas de EE.UU. y Europa, al igual que los jerarcas chinos y rusos, apoyan decididamente al régimen egipcio, sosteniendo a Mubarak. Sin embargo los yankys van aún más allá; están preparando una “salida ordenada y pacífica” en caso de que el anciano dictador sea derrotado por la insurrección.
Esta variante gatopardista está encabezada por el dirigente opositor y premio Nóbel de la Paz, Mohamed El Baradei, quien se puso al frente de un conglomerado de fuerzas laicas y musulmanas que exige la salida de Mubarak para "salvar a Egipto ".
Según El Baradei, quien fuera director de la agencia atómica nacional, “Mubarak necesita irse hoy... para que se produzca una transición suave hacia un gobierno de unidad nacional, que fije todas las medidas para unas elecciones libres y justas". (El País de España de 31 de enero).
La excusa que esgrime Simón Peres para apoyar a Mubarak es la probabilidad de la “toma del poder por parte del islamismo más ortodoxo”, un argumento que tiene poco peso, ya que el proceso revolucionario iniciado en Tunez es, a todas luces, laico y democrático. Tal es así que hasta el partido islamista más importante de Egipto -los Hermanos Musulmanes- asumió esta realidad, encolumnándose detrás del liderazgo del laico El Baradei.
El imperialismo y las organizaciones patronales y burocráticas, sean laicas o musulmanes, entendieron el carácter y la magnitud de la situación. Por eso le asignaron a El Baradei el papel de interlocutor frente al Gobierno. ¡Todos ellos se han unido en un frente reaccionario, cuyo único objetivo es evitar que la Revolución Democrática triunfe, destruyendo totalmente al actual régimen, lo que significaría un golpe mortal a los acuerdos de Camp David, que obviamente defienden!
La insurrección tunecina, contagiada por el proceso de luchas europeo, encendió la mecha de la revolución norafricana, que hoy tiene su punto máximo en el país de los faraones. La tarea de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo pasa por apoyar este proceso revolucionario, que de triunfar constituirá un durísimo golpe al enemigo de los pueblos, el imperialismo, a su estado gendarme Israel y a los regímenes reaccionarios islamistas.
La derrota de los planes imperialistas en Egipto y Medio Oriente es fundamental para el avance de la revolución en Europa y en todo el mundo, una revolución que para avanzar tiene una sola salida: la toma del poder por parte de los únicos interesados en llevar la lucha democrática hasta el final, los trabajadores y el pueblo de Egipto. Para que haya pan y libertad en el país de las pirámides hay que acabar con el régimen, expropiar a los grandes capitalistas y garantizar la distribución equitativa de las riquezas.
Desde Convergencia Socialista hacemos un llamado a todas las organizaciones y personalidades democráticas, combativas y revolucionarias a unirnos en un solo grito: ¡Fuera Mubarak, por el triunfo de la insurrección egipcia!, levantando consignas que ayuden a concretar esa tarea, como por ejemplo la exigencia de la ruptura de relaciones diplomáticas del gobierno para con el régimen de Mubarak.
Debemos hacer lo mismo que cuando Israel atacó la Franja de Gaza: ¡Movilizarnos masivamente! La victoria de los trabajadores y los jóvenes egipcios será un gran triunfo contra las dictaduras, el imperialismo y el sionismo.
CONVERGENCIA SOCIALISTA / 31 de enero 2011

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